Leyenda del Cristo de la Agonía
Cuenta la leyenda que en una primera instancia, la ubicación del Cristo seria una iglesia capitalina, pero un suceso extraño cambiaria para siempre el destino del Cristo hasta la fecha.
El Cristo salio desde España rumbo a Chile, desembarcando en el puerto de Valparaíso, desde donde fue descargado por los trabajadores portuarios y embalado para posteriormente ser colocado en una carreta. Se creía que llegaría sin novedad a Santiago, no obstante, la divinidad propuso otra cosa.
Sin embargo, el embalaje pesaba tanto que, lentamente las ruedas del vehículo fueron hundiéndose cada vez más en el barro. Era invierno y la lluvia arreciaba reblandeciendo los caminos... Se decidió agregar nuevas yuntas de bueyes hasta llegar al número de ocho, pero todo fue inútil, la carreta permaneció empantanada justo frente a una capillita de techo pajizo.
Se acordó entonces, bajar el cajón y dejarlo en la Capilla. Apenas éste fue descargando, la carreta zafó. Los cargadores volvieron a colocar el cajón en la carreta, pero cuando estuvo encima nuevamente las ruedas volvieron a empantanarse.
Algunos pobladores, que observaban la extraña operación, propusieron abrir el embalaje y cerciorarse acerca de su contenido. Cuando el cajón comenzó a abrirse, cesó la lluvia torrencial y el viento huracanado que había impedido el traslado, apareciendo la sagrada imagen del “Cristo crucificado y moribundo”.
Muchos feligreses pensaron que el suceso no era otra cosa que un verdadero milagro y se estimó que la imagen debía quedar para siempre en la Capilla, porque ese era el deseo expreso de Dios.
Desde entonces la bella escultura del CRISTO DE LA AGONIA quedó en Valparaíso en nuestra iglesia La Matriz.