Levitación
San José de Cupertino estaba dotado con el don de la levitación, siendo el primer santo en número de manifestaciones de dicho fenómeno (en su proceso de canonización se registran más de setenta casos de levitación ocurridos solamente en la villa de Cupertino o sus alrededores). En una época de su vida, llegaron a ser tan frecuentes estos fenómenos que sus superiores tuvieron que excluirle del cargo de hebdomadario en el coro, pues en contra de su voluntad, interrumpía las ceremonias de la comunidad con sus vuelos cuando se encontraba en estado de éxtasis. Muchos enemigos empezaron a decir que todo esto eran meros inventos y lo acusaban de engañador. Fue enviado al Superior General de los Franciscanos en Roma y luego frente al Sumo Pontífice Urbano VIII el cual deseaba saber si era cierto o no lo que le contaban de los éxtasis y de las levitaciones del frailecito. Se cuenta, que hablando con el Papa entró en extasis y levitó, siendo visto por el mismo papa Urbano VIII. El príncipe protestante Federico de Brunswick, también vio las levitaciones y quedó tan impresionado por el fenómeno, que no solamente se convirtió al catolicismo, sino que ingresó en la orden franciscana, a la que pertenecía este santo.
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